
El baño es uno de los momentos más importantes en la vida del recién nacido, no solo porque lo mantiene limpio y lo refresca, sino porque es un espacio para que sus padres lo estimulen
El baño es uno de los momentos más importantes en la vida del recién nacido, no solo porque lo mantiene limpio y lo refresca, sino porque es un espacio para que sus padres lo estimulen, le hablen y generen cercanía con él.
Este se debe convertir en un hábito que se fomenta desde los primeros días del bebé. Aunque en ocasiones al pequeño le parezca molesto e irritante, es una actividad que le proporcionará descanso y le brindará varios beneficios en su cuerpo; entre ellos, la liberación de toxinas y la capacidad de bajar la fiebre.
El lugar para bañar el recién nacido debe ser un espacio cerrado. En una habitación o, incluso, en el baño. Es indispensable tener al alcance artículos para bebé como el jabón o el champú. Se deben tener las toallas, los aplicadores para las orejitas y del ombligo, la crema y la ropa completamente listos. Además, una vasija para mojar al niño y un juguete, acorde con su edad, para distraerlo durante el baño, si es necesario.
La bañera para bebé debe estar previamente lavada con agua y jabón. En cuanto al agua, debe permanecer cerca de los 25 a 30 grados de temperatura, después de haberla sumergido en la tina.